Es un auténtico icono dentro del mundo de los scooters. Un modelo de rueda alta que lo tiene todo a su favor. Gracias a su diseño intemporal con un toque retro muy marcado, un motor de notable rendimiento y una parte ciclo muy equilibrada, el Scarabeo 300 S es un auténtico especialista dentro y fuera de la urbe.
El Scarabeo 300 S es de aquellos productos que emana una personalidad tan propia que incluso la marca lo tiene desmarcado del resto de sus modelos en la web oficial. Esta simple apreciación ya determina su estilo inconfundible y aceptación por el gran público, sobre todo para aquellos a quienes les atrae, por encima de todo, el diseño intemporal, retro e italianizado que acerca tímidamente la moto a la moda.
Esta cuidada armonía de la carrocería no interfiere para nada en una posición de conducción que roza la excelencia, sobre todo por la similitud que guarda con la de una motocicleta convencional. Un detalle que dignifica a las motos de Noale desde hace mucho tiempo. Quizá la única pega en este apartado sea la anchura del asiento, muy positiva a nivel de comodidad (también en la zona del pasajero), pero que le resta enteros cuando se circula entre el denso tráfico urbano y a la hora de poner el pie en el suelo.
Incluso la aerodinámica está muy bien conseguida, sin ser descomunal como ocurre en muchos megascooters, gracias a la práctica pantalla delantera y la buena amplitud de la zona frontal, lo que permite al Scarabeo rodar habitualmente por las zonas externas de la ciudad con mucho desparpajo y gran solvencia.
La parte ciclo, dotada de un chasis tubular de doble cuna de acero, esgrime efectividad y placer de conducción a raudales. Y nos explicamos. Muchos scooters tienden a ser modelos de moto algo comodones, con una posición de conducción relajada y que no permite muchas lindezas entre curvas. Pero este escarabajo italiano ha conseguido minimizar estas sensaciones ofreciendo un ciclística muy rígida, maniobrabley efectiva, a la vez que estable a alta velocidad, lo que se traduce en una conducción bastante dinámica y deportiva.
Las suspensiones desempeñan un papel vital en este aspecto, gracias a una horquilla delantera de generoso recorrido y talante firme, y una suspensión trasera con doble amortiguador que transmite buenas sensaciones y ayuda a filtrar, al igual que las ruedas altas de 16” delante y 14” detrás, las irregularidades del terreno de una forma más que solvente.
En cuanto a la frenada, el Scabareo 300 S dispone de un sistema de frenado combinado, donde la maneta izquierda actúa sobre las dos ruedas al mismo tiempo, mientras que la derecha sólo lo hace en la delantera. Gracias a ello, y sin necesidad de tocar para nada la maneta derecha, obtenemos una frenada realmente dosificable, pero que no se amilana ni en puertos de montaña.
Es potente a la vez que firme y transmite una seguridad notable al conductor, sobre todo cuando el asfalto está algo resbaladizo.
MUY EQUILIBRADO
El motor de este scooter italiano es la cuarta evolución del reconocido Quasar de 250 cc de Piaggio, marca propietaria de Aprilia. Un propulsor que ofrece unas capacidades realmente sorprendentes, siendo muy equilibrado en muchos sentidos. Tiene una capacidad de aceleración desde parado destacable y las recuperaciones son también excelentes. Incluso con el Scarabeo circulando a dúo y con el cofre lleno, se defiende muy bien tanto en ciudad como fuera de ella.
Además, consigue una buena velocidad punta (sin ser de sus puntos más fuertes) y consume algo menos de cinco litros a los cien kilómetros, lo que es también agradable para el bolsillo del usuario.
Es un scooter para todo; su conducción en cualquier ámbito sorprende por ser siempre cómoda, efectiva y dinámica.
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